Él (o ella) ignora su nombre, no tiene olfato, ni oído, ni siquiera vista (quizás sí, porque sus ojos sólo divisan gigantes nebulosos). Sus manos rozan formas placenteras, es un ser totalmente sensible y táctil.
Esto es percepción. Llegar al mundo y sentir las realidad esencial, renunciar a la oscuridad, y dar paso a la luz, dejar que el universo entre por todos los poros, abandonar aquél cuerpo caliente, húmedo, lleno de tinieblas. -Resbalar hacia la vida.
Respirar, llorar y dormir. Eso, es talvez, lo que él (o ella) hará.Y más tarde, mucho más tarde, cuando el tiempo no se llame tiempo y esté postrado (o postrada) en su lecho, sólo esperando la espera que desespera, no será mas nada. Talvez quisiera en aquél tiempo no muy lejano, pertenecer a la tierra.
Sí, esa es la muerte que quiere. Morir en la tierra, para así alimentar a otra semilla, quizás a gusanos, tal vez hormigas. No sabe, quién sabe. Pero, al menos ahí de algo servirá.
Si nacer fuese desechable, nacería mil veces...
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