martes, 30 de septiembre de 2008

En el nombre de.

Que Jesús no haya tenido descendencia por su condición sexual, que la "Virgen" haya inventado que su embarazo fue causa y obra del espíritu santo, a estas alturas, no me sorprendería.
Anoche el ángel Gabriel me dijo que Jesús era gay y que la "Virgencita" era una promiscua y caliente prostituta. Por eso le dijo a sus padres "Oh, es una bendición, un regalo del señor". Por favor, seguramente, como en esos tiempos no existían condones, la pobre quedó preñá', y no le dió más la imaginación como pa' inventar semejante estupidez. Los apostoles eran unos narcotraficantes, estoy segura.
La iglesia está llena de proxenetas.


Amén.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Asco.

Asco, asco, me das asco.
Te vomitaré en la cara maldito gusano.
Púdrete.
Andate al carajo, a la mierda.
TEODIOTEODIOTEODIO.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Siempre.






El día tiene dos caras,
una de luz,
otra de sombra,
que un latido impenetrable,
o una sonrisa en crecimiento,
pero mis pasos y algo más que el destino.
No están.
Tú sabrás si con castigo,
que brote de tu alma hacia la mía;
conseguirás la venganza que acabe con mi vida,
si sabes que mi vida, sin ellos esta vacía.
Como un sastre es el espejo,
elaboras trajes para el rostro,
y yo en lugar de existir,
me gano la reputación de loca.
La hipocresía gana lugar día a día,
entre escombros y alegrías yo no sé,
qué más da,
como siempre un fusil en la nada,
de sangre y de muerte,
¿para qué estoy en la historia?
Fantasma seré.
No estoy.
La guerra nos usa,
y se comparte con otros ignorantes,
¡tiene antónimos!
pero el misterio tiene corto plazo.
Déjenme en el silencio más lejano,
aunque gritar quiera,
la distancia no es el miedo,
es la vergüenza, inevitable.
El amor nunca nos dejará solos,
sí las miradas desobedientes,
o esa distancia que ingenua,
en fin,
yo,
seré enredadera en el silencio.
Escribir sólo,
porque no tengo noticias de sus silencios,
que un indiferente corazón en contacto con otros.
Sus nombres, visten y desvisten mis días,
como la puerta de mis pensamientos,
y no sabrán,
que la lluvia se quedó esperando.
Acaso soy una desaparecida,
o detrás de mis letras otro tiempo,
porque un ataúd sin muerto,
simulo a fuerza de desvelo.
Y esas llaves que tiene el viaje,
de la paciencia a las alas,
entre luz y sombra,
perdidas.
Ni para la dicha ni para la demencia,
me abandono,
que una mujer fuera de alma.
A veces, los extraño tanto.