sábado, 31 de diciembre de 2011

The same shit.

Pareciera que nos estamos llenando de lugares comunes, nos estamos poniendo un poquito fomes. Escribir aquí ya me parece un lugar común. Típico. Monótono. Casi infernal.
Hoy me puse a pensar sobre las citas, aquellos acuerdos y encuentros en donde la comida, el café o el vinito son la excusa (im)perfecta.
¿Existe acaso algo más fome que una "cita romántica"? ¿Con un buen vino, con música shúer loca y conversaciones con rasgos intelectualoides en un restorant de moda? Tieso y desabrido. Ningún brillo. Si es por comer, tráiganme veinte postres (y el vino).
Por eso me apestan las citas, las encuentro fomes. La gente se vende, no se deja ver. Es como una reunión con un posible cliente, que ojalá compre el producto, para dejar de ser una pyme y pasar a ser un desastrozo binomio empresarial.

TAN RACIONALES QUE NOS HEMOS PUESTO
.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Nostalgia.

Casi siempre
y casi nunca
te encuentro en canciones otoñales
en algún vagón solitario del metro
en un trozo de Alameda fugaz
en paisajes sin revelar
en la escalera infinita
en la ventana perdida
en el café de la esquina
en el espejo madrugador
en el cuarto piso del hotel
o en algún recóndito bar

y a veces, ¡sólo a veces!
en el rojo del semáforo
que me dice
S-T-O-P
suficiente

detente.

martes, 6 de diciembre de 2011

Amanecer etílico.

Sólo te pido
apagar la palabra y el verso inútil
que sea el DESEO inagotable
la única fuerza que gobierne
nuestros cuerpos palpitantes.

Yo te pido, lo que nadie jamás te ha pedido:
que me devuelvas el recuerdo tinto
de nuestros cuerpos fundidos
y de los últimos gritos
que (no) se escaparon de nuestras bocas.

Hoy, sólo te pido
¡alcemos nuestras copas!
por el sudor, las horas
y por aquel camino curvo
que nace desde tu pecho
y baja hasta tu centro rectilíneo.

Hoy, te digo: ¡brindemos!
Por todo lo que hemos y no hemos sido
por tanto ciclo
y porque el deseo que compartimos
siga siendo símbolo de libertad.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Seis y media a.m.

A esta hora
cuando nadie entiende
cuando todos callan
yo te pienso, yo te nada, yo te todo

e insisto en que nada seremos
¡pe-re-ce-re-mos!

fuimos todo
¡y el todo se volvió de pronto nada!
y una noche descubrió mi reducto
llegó de camisa y con zapatos
a golpearme la puerta
con su poderoso perfume

y yo le dije -nerviosa-
discúlpeme, señor

por escribir desde
la guata
desde lo más intimo

hasta las patas
pero no conozco otra forma
más que vomitando
letras insomnes

escúcheme atento
porque tengo un reclamo
una pequeña duda
que
particularmente hoy
no me deja dormir

y me tiene aquí
escribiendo
versos espantosos

es que, señor...
cómo quisiera
¡AY!, como quisiera
...
CUIDADO
no se equivoque
esto NO es cobardía
se trata de resistencia.