martes, 25 de agosto de 2009

Te fuiste hace meses, abril.

Encontrarme contigo quisiera
saber que estás, que estamos
juntos como las hojas trémulas
que se funden con el viento
de este crepúsculo sideral

y, sin embargo, sé

que no me ves y yo te veo
que los cigarros y el vino
que los pasillos y las baldosas
cantan tu ausencia y mi melancolía
porque las nubes no son nubes sin tu voz

y, sin embargo, siento

que mis huesos no son huesos sin tu carne
que mi alma no es vida sin tu cuerpo
que mis manos no se moverían
en este preciso instante
si no fuera por tus pasos

y, sin embargo, espero

precisamente ahora, que vuelvas
fugaz como este segundo
que hace dos o tres
o cinco o seis
acaba de partir.

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