domingo, 18 de octubre de 2009

¡Salud!

Intentar recordar aquello que sucedió después de las cuatro me resulta un tanto complicado. La verdad es que creo tuve alzheimer por un par de horas. No recuerdo lugar, personas, ni quién fui. Hago el esfuerzo pero no hay caso. Difícil es al otro día acordarse del show, de los 'te quiero amigo', de las llamadas con un vaso en una mano y el teléfono en la otra, de con cuántos (o con cuántas), de las idas al baño con compañía, de la 'siesta' en la escalera, de la caminata en zig-zag, de las promesas, del odio compulsivo y del amor sin temor. De las ganas inexorables. De la mezcolanza, del cigarro prendido al revés. Insisto es difícil, incluso al otro día, cuando te falta poco pa' que la cabeza se te reviente, y peor aún, si sientes que tus neuronas están en pleno concierto de heavy metal. Una batería y mil tambores retumbando en la cabeza. Hasta el aroma más dulce se torna nauseabundo, el sonido más suave, aquel que en algún momento fue imperceptible se multiplica por mil.
En batallas como estas el agua es el más fiel aliado y las sabanas son el mejor refugio. Ni veinticuatro horas de sueño serían suficiente. Por eso, prometo que nunca más. (Al menos hasta mañana).

Ofrezco las disculpas pertinentes.

2 comentarios:

bufonazo dijo...

literalmente se te apagó la tele...ajajajaa a mi me pasó una vez y tenía fashes de lo que me pasaba... estaba en valpo, defendi a auna amiga de un insulto, despues estaba en la plaza de viña despidiendome de una desconocida...luego desperte en mi cama en reñaca...ajajajajaa

asi fue!...jajaa

Anónimo dijo...

Y a mí me pintaban el mono por tomar 1 chela