viernes, 26 de noviembre de 2010

Tan fome.

Reflexionando, pensándolo bien, con la perspectiva del tiempo y de tantas cosas, hoy me doy cuenta que aquello que hace un tiempo parecía un error no es más que el curso natural de las cosas. Como me dijo un buen amigo, los mentirosos, esos que mienten deliberadamente y que niegan su realidad para sentirse bien consigo mismos, sólo son malas personas y nada más, de quienes hay que salir huyendo, arrancar, lo más lejos posible.

Siempre me quejo de mi mala pata, ¿será una cuestión cósmica? o peor aún, quizás sea un déficit de la actitud que (muchas veces) me hace estar en el lugar equivocado, llegar demasiado temprano o muy tarde; o que, simplemente, me lleva a pensar que no debí haber llegado. La verdad es que desde hace tiempo que pensé en empezar a creer que tengo "un poco" de suerte (que es mejor que pensar que no tengo ninguna) y que es cosa de algunos ajustes y ya está. Desde esa perspectiva podría narrar los sucesos acontecidos durante el último mes. Ahora no, porque encuentro todo fome: las micros, los perros, la hamburguesa, la gente; lo que podría resultar fatal.

Esto está tan fome.. ¡Pero tengo una historia!... que escribiré mañana.


Mejor, pasado mañana.

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