lunes, 24 de octubre de 2011

Pinceles sean los sentidos.

Hago caso omiso a las visiones
a las premoniciones maternales
a los sueños de medianoche
porque digámoslo, ¡es la ceguera!
solar y de pronto eterna
compañera de mis noches
la que se ha instalado
llenando cada esquina
de este corazón noctámbulo.

Sin embargo, espero
que aquel sol efímero
mate la ilusión enferma
y sincera
o acaso la paciencia
¡DESTINO MUY RARO!
la desobediencia de nuestro instinto.

¡Resistencia y entrega!
-yo confieso-
me enamoré flotando en nubes
hace ya algunos años
vi crecer orugas en mi estómago
mariposas que hoy vuelan tuertas.

Por encontrarte
crucé puentes de sueños
conseguí que mi cuerpo volviese
pero mi alma
se quedó chapoteando en tu orilla
junto al vaivén y la imagen
de un recuerdo y una canción confidencial.

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