martes, 7 de julio de 2009

Pre-pararse.

Quisiera relatarte cada roce,
arrastrarte y hacer
contigo
otra vez
el camino de la humanidad
hasta esa
p
o
s
i
c
i
ó
n.

¡Dejando que gotee lo que sobre en ese baile!
sobre
tu cuerpo y sobre el mio,
los r e s t o s del
cuerpo que mueren
en
cada pequeña
muerte para vivir más
adelante.
¡El sudor!
la saliva
en
un
h
i
l
o
denso
que me esquive y perfore la sábana.

¡Luchando hasta no decir basta!
y yo
me pierda
en el aire que entre frío a tu pecho,
tan frío que te congele en un instante la respiración,
así será,
hasta que tú también digas basta y
te
d
e
r
r
a
m
e
s
y
yo
te
reciba
y
un ruido
como de cristales rotos sobre la alfombra,
UN RUIDO SORDO,
se te escape entre los dientes y quede de nosotros
lo que queda
cuando estamos desnudos y sin red,
un enjambre de nervios,
de l í q u i d o s,
sin forma,
como si hubiéramos subido al cielo
...
...
...y caído después.
Empezando l e n t a m e n t e,
sin filtros,
sin penumbras.
Con cuarenta grados de calor
y la transpiración
como cristales multiplicando la desnudez de estas,
nuestras imperfecciones.

¿Quién llega y se pierde en el corazón ?
¿acaso un eco insensible?
¡Mi sombra (a veces) tiene grandes impulsos!

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