Nos queda tanto en el misterio
tan poco en las palabras -y en el alma-
demasiado en las sábanas -y en la cama-
poco en los latidos -y nada en el querer-.
De encuentros, vino y espanto
de entregas y resistencias
¡nos escondemos, malditos cobardes!
aunque gritar(te) quiera
la entrega NO es el miedo...
Mas acortamos la distancia
-con Santiago a nuestros pies-
con ansias de descubrir(nos)
sellamos el corazón
y descorchamos la botella.
Un beso tinto y voráz
implicancia de razón
mezcla de humedad y sabor
¡abandonado sea el corazón!
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