domingo, 28 de octubre de 2007

Primavera Maldita

A veces pienso que hay que hacer un intento por cambiar las cosas; pero yo, sólo me quedo en el intento. Y no logro el objetivo.
He hablado demasiado del tiempo, del viento, de otoños y de inviernos.
Demasiados minutos, demasiadas palabrerías, mucha muerte y poca vida.
Debe ser porque esto de la existencia me complica, más aún si soy una persona inestable.
Creo ser un ser detestable, repugnante y las pocas virtudes que puedo tener se ven opacadas por los cientos de defectos que a diario manifiesto.
Caminos tortuosos, amores que nacen muertos, amistades con alas rotas, versos incompletos.
Todo negro, me cansé; soy demasiado pesimista.

Quizás sea la primavera que trae a mi cabeza pensamientos suicidas.

1 comentario:

Unknown dijo...

ojalá que del dicho al hecho haya una enorme distancia... creo que el pesimismo se aprende, por lo tanto se desaprende... ergo, es posible aprender a ser optimista... cuesta...

saludoz